El monstruo del departamento de IT

Se rumorea por los pasillos que, escondido en el departamento de IT, vive un monstruo. Dicen que es un ser siniestro, que se divierte con el sufrimiento ajeno y se alimenta de las frustraciones de los usuarios de la empresa. Unos dicen que tiene encadenado al administrador del sistema y lo obliga a hacer cosas terribles, en contra de su voluntad. Lo obliga a hacer cosas que jamás se habían hecho en ningún departamento de IT.


Nadie vio al monstruo, en realidad, pero nadie duda de su existencia. ¿Quién más haría cosas tan crueles como bloquear el acceso a Facebook; rechazar la instalación de codecs de reproducción de audio FLAC; limitar el espacio de sus discos rígidos, así como el espacio disponible en el servidor de correo; asignar un equipo de trabajo que no les guste, con mucho menor rendimiento que el equipo que usan en sus casas; exigir que se trabaje con la cuenta de correo de la empresa, en lugar de la propia; dar una lista de aplicaciones para usar y no permitir que cada uno instale lo que quiera? ¿Quién más haría cosas tan crueles, si no un monstruo? Y la lista de atrocidades es interminable.


Los técnicos del departamento de IT niegan la existencia del monstruo, pero es evidente que los tiene amenazados. Ellos se pasan el tiempo inventando excusas para justificar tanta barbarie, pero todos saben que están cubriendo a la malvada criatura que los aterra. Es obvio que nadie va a creer sus absurdas justificaciones, tales como minimizar los costos de mantenimiento, aprovechar al máximo los recursos disponibles, asegurar la calidad del software, facilitar la integración de las aplicaciones con los sistemas de la organización, estimar necesidades de recursos de las aplicaciones, generar documentación sobre las aplicaciones, crear planes de contingencia para minimizar los efectos negativos frente a siniestros. Nadie va a creer esas mentiras.

Probablemente haya un monstruo viviendo escondido dentro del departamento de IT.


La evolución de la nube, será no saber que existe la nube

El concepto de nube, más o menos como lo conocemos actualmente, tiene algunas décadas de existencia. Aún así, fue apenas en estos últimos años que el término cobró popularidad, más como un recurso publicitario que como una novedad.
Originalmente, la nube era la representación de Internet (o de alguna red WAN) en los diagramas de redes informáticas.


Desde hace más de dos décadas que existen tres ideas que fueron marcando la forma en la que venimos evolucionando tecnológicamente:

  • Por un lado, el concepto de computadoras como simples terminales receptores de información. Equipos con potencial medio o bajo que únicamente ejecuten aplicaciones remotas, que todo el procesamiento de datos y su almacenamiento recaiga en servidores a los cuales podríamos acceder a través de Internet, desde cualquier lugar del mundo y seguir viendo el mismo escritorio.
  • Otra idea que cada tanto recobra fuerzas, se inspira en las redes P2P y pretende que cada host sirva a la vez como servidor y lograr así una red en la cual todos los terminales compartan recursos entre sí. Este sería el caso de la computación distribuida y en cierta medida, el de las botnets. El mercado actual parece alejarse de la idea de concretar un esquema de este estilo, aunque más adelante (hablo de varios años adelante) podrá resultar útil para que los usuarios, de manera privada, hagan uso de los recursos de todos sus equipos, en pos de potenciar el aparato con el que estén accediendo en cada momento.
  • Y la tercera idea, el sueño de casi todas las grandes cabezas del mundo tecnológico, es hacer "desaparecer" a la computadora. Hacerla desaparecer en el sentido de que sea invisible e imperceptible para el usuario.


Estamos en un período de transición, donde lentamente adaptamos nuestro trabajo del escritorio a la nube.
Si seguimos evolucionando en la línea en la que estamos actualmente, llegaremos paulatinamente al día en que (los usuarios actualmente llamados "de escritorio") podamos movernos libremente sin pensar en dónde estamos guardando nuestros datos, ni nuestras aplicaciones. A cualquier lugar al que vayamos tendremos acceso a las mismas aplicaciones, a los mismos datos, a las mismas configuraciones.

La nube será un éxito cuando nos olvidemos de su existencia, cuando esté tan masificada y sea tan natural usarla, que nadie se percate de que está accediendo a ella.


Cuando los educadores no educan

"Esto es una computadora. La computadora se usa con Windows..."
Más o menos así es como comenzaron mis clases de computación en primer grado del colegio primario. Quizás no con esa frase exacta, pero sí con el mismo mensaje.

Es difícil aprender cuando no quieren (o no saben) enseñar.
Yo crecí pensando que Windows era el nombre que le habían puesto al único sistema operativo que existía. Un sistema operativo que había que usar (así como el oxígeno es el el gas que hay que respirar).

Como muchos otros, yo conocí Linux recién al verlo en un video de Youtube. Y fue apenas a partir de ese momento que empecé a descubrir que Windows no era la única respuesta. Y eso sólo diez años después de la primera clase de informática (imaginen diez años de estudios, para darse cuenta de que apenas vieron el capítulo uno del libro).

Resulta que lo que aprendemos no es ni más ni menos que el resultado de de un convenio económico entre una empresa privada (que, obviamente, defiende únicamente sus propios intereses) y el Ministerio de Educación. Al menos así son las cosas en Argentina.

Un estudiante deseoso de aprender, ignora que le enseñan mentiras y que le ocultan información. Los profesores reciben programas de estudio que deben respetar (afortunadamente, hay algunos que se saltan los límites impuestos) y que es producto de una negociación. A cambio de equipamiento informático, un grupo de personas eligen lo que los chicos pueden (y lo que no deben) aprender.

Es muy básico y surge del sentido común el pensar que la educación no debería estar patrocinada o, al menos, no si eso implica la aceptación de condiciones, así como un árbitro no debe ser del país de ninguno de los dos equipos que se enfrentan (para no favorecerlo).

Con esto no apunto a llegar a la conclusión de que no deberían enseñar con productos Microsoft en las escuelas (aunque personalmente creo que no deberían), sino que prefiero llegar a quienes son presas de un sistema educativo corrupto y de profesores con poca vocación. Así sean pocas personas las que lleguen a leer esto, menos las que capten el mensaje y aún menos las que lo encuentren útil, yo insisto en querer aportar mi granito de arena.

Esta opinión que les comparto, surge a raíz de lo siguiente: ayer a la tarde, mi cuñada (que está en el colegio secundario) me pide ayuda con un trabajo práctico que les pidieron en la escuela. El título del trabajo práctico (título que les dio el profesor) era "El sistema operativo". Inmediatamente me llama la atención que diga "el" en lugar de "los", pero mi sorpresa vino cuando veo que TODOS los temas a tratar hacían referencia explícita a productos Microsoft. Cuando pregunto qué es lo que estaban viendo en clases, me encuentro con títulos como "El entorno gráfico", "Evolución de los programas" y "Lenguajes de programación" que hablan pura y exclusivamente de Windows, pero no tan descaradamente como los dos últimos: "Historia del internet", que deberían haberlo llamado historia de Internet Explorer y "¿Qué es un sistema operativo?", tema que únicamente responde a la pregunta '¿Qué es Windows?', aunque con explicaciones pobres y algunas mentiras cada tanto.

No se dejen tapar los ojos. Existe un mundo mucho más grande del que describen los profesores. No crean ciegamente lo que les dicen en la escuela. Duden, investiguen, experimenten, equivóquense... Es la única manera de aprender.


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