Android Ice Cream Sandwich entre nosotros


Por más juegos, spa, restaurantes y variadas actividades relajantes que tengan en las oficinas de Google del Silicon Valley, queda claro que la gente del gigante de internet no descansa.

Luego de haber postergado el evento a causa de la muerte de Steve Jobs, finalmente acaban de presentar pública y oficialmente la nueva versión del único sistema operativo móvil que tiene con qué hacerle frente a iOS.

El Android 4.0 Ice Cream Sandwich se lanzó acompañado del nuevo Galaxy Nexus, que ya cuenta con sitio oficial bajo el brazo de Google.

La presentación de Android arrancó con una frase muy fuerte: “A la gente le gusta Android y lo necesita, pero no lo ama”.
En palabras de Matías Duarte, Google quiere que los consumidores vean a Android como algo encantador, fácil y que los haga sentirse poderosos e inteligentes. Claramente, Google anhela que los Android fan lleguen al mismo nivel de amor hacia la marca del que goza Apple.

El primer cambio de parte de Google que salta a la vista es el trabajo en el rediseño UI/UX (interfaz de usuario y experiencia de usuario).
Ice Cream presenta nuevas fuentes y nuevo tipo de letra para la interfaz: Roboto.
La nueva interfaz tiene mucho de MetroUI, por lo que la tipografía es un punto más que relevante.

El uso del sistema en general es cada vez más simple de cara al usuario. Podemos crear fácilmente carpetas arrastrando íconos unos sobre otros y organizarlos dentro como más nos guste. Luego, esa carpeta la podemos llevar a la nueva barra de navegación (digamos dock, nadie se va a horrorizar).

Una gran noticia es que finalmente pueden hacerse capturas de pantalla directamente al sacarlo de la caja, sin conectarlo a ninguna PC, ni tener que descargar ningún SDK.

Presentaron nuevas facilidades para la escritura, como un muy logrado tipeo por voz, que incluso interpreta cosas como “smile face”, para escribirlo como “:-)”.
El corrector ortográfico permite agregar palabras al diccionario. Y entre las capacidades para seleccionar, copiar y cortar, se encuentra una nueva y bastante útil: arrastrar texto seleccionado.

Una característica que intentaron presentar como algo genial y terminó fallando durante la demostración, fue el desbloqueo por detección de rostro. Algo interesante, y que en las notebooks tiene cierto grado de utilidad, pero estar un tiempo enfocando y centrando bien tu cara en la pantalla de un teléfono para acceder rápidamente al sistema, no parece más útil que para mostrarle la novedad a tus amigos. Al menos por ahora es así, aunque si mejoraran la velocidad y calidad del reconocimiento, ya sería algo más tentador para usar.

También se actualizó el navegador web. Ahora incluye la opción de ver la versión desktop de cualquier sitio web con sólo dos taps, algo muy útil cuando el diseño móvil elimina elementos del sitio a los que queremos acceder.
Además, podemos guardar los sitios completos para verlos en otro momento, aún sin conexión.

Para controlar el consumo de datos del smartphone, Ice Cream dispone de “Data Usage”, para establecer límites de consumo, ver los gráficos de uso, proyecciones y recibir alarmas al acercarce a límites establecidos.

Un punto en donde pusieron mucho empeño particularmente, es en el conjunto de herramientas de edición de fotos. Este es un terreno ampliamente dominado por iPhone, por lo que resultaba importante aparecer con novedades llamativas.
El zoom se maneja desde la interfaz táctil (al igual que la totalidad de las funciones... ya verán los fabricantes qué inventar para los botones de sus equipos). Se puede seleccionar un punto de foco con un tap. Además, el sistema reconoce rostros en la toma y los enfoca automáticamente. También podemos encontrar una importante selección de filtros automáticos.
En cuanto a los videos, lo más destacable fue la incorporación del timelapse y la capacidad de poder hacer zoom durante la filmación.

Pasando a los contactos, Google tomó lo que podría haber sido la agenda y la convirtió en la “PeopleApp”. Dentro de esta aplicación entrarán todos los contactos, pero con vinculación a todas sus redes solciales.
Además, podremos seleccionar una lista de contactos favoritos, para verlos de un modo más cómodo y acceder a ellos más rápidamente.

Y la estrella final de la presentación fue “Beam”. Aprovechando la tecnología NFC, uno puede acercar dos Android Ice Cream Sandwich y transferir al instante cualquier cosa, ya sea un sitio web que estemos viendo y lo transferimos en la misma posición del scroll, un grupo de chat para que la otra persona se lo pueda agregar automáticamente, incluso juegos. En caso de transferir algo relacionado a una aplicación que nuestro receptor no tenga, su smartphone lo llevará automáticamente al Store para que se la descargue.
El alcance esta nueva característica sólo está limitado por la imaginación de los desarrolladores.



Para terminar, les dejo el video del primer anuncio oficial, con los droides jugando con las motos de luz de Tron:




Mientras esperan el lanzamiento a la venta de las primeras unidades, ya pueden descargarse el SDK y empezar a jugar.

Google presentó Dart, el futuro reemplazo de JavaScript




Cada día, los sitios hacen uso más extensivo de JavaScript. La era de las aplicaciones web y los widgets vio surgir miles y miles de aplicaciones con este lenguaje. Todos los navegadores modernos lo soportan, y hasta la capacidad de los distintos motores JavaScript puede significar la diferencia a la hora de elegir uno u otro navegador.

Por el momento, esta diferencia entre los distintos motores JavaScript, corre a favor de Google y su afamado motor V8, creado por Lars Bak. Sin embargo, Google quiere ir más allá y fue le mismo Bak quien presentó ayer un nuevo lenguaje de programación con el que esperan reemplazar a JavaScript y ganar en seguridad, rendimiento y facilidad de uso.


En un principio, los ingenieros de Google intentaron eliminar las falencias de JavaScript  aportando actualizaciones al lenguaje. Pero llegaron a encontrarse con que ya no podían mejorarlo, y una de las mejores opciones que encontraron fue crear su propio lenguaje.


Google ofrecerá un compilador para interpretar código Dart y convertirlo en JavaScript en el momento, asegurando la compatibilidad con los navegadores que no lo soporten. Además va a integrar una máquina virtual en Chrome y va a alentar a que los demás navegadores la incorporen.
Se espera que tanto la máquina virtual como el compilador estén disponibles antes de que termine el año.


Dart aún se encuentra en fase de desarrollo (su actual versión en la 0.01 y ya se están elaborando las primeras reviews) y los primeros en probarlo ya se encontraron con algunos avances importantes como ya no tener que "recrear métodos" para reutilizarlos (lo que genera gran cantidad de "código basura"), pero también incertidumbres (las funciones no se activan por eventos del navegador como en JS), sin embargo Google tiene serias intenciones de que evolucione rápidamente y así poder capturar un importante porcentaje de desarrolladores.


Este lenguaje fue presentado hace apenas unas horas, y ya se le está augurando un buen futuro. El principal incentivo para que los desarrolladores comiencen a experimentar es saber que podrá ser interpretado por cualquier navegador que soporte JavaScript (sí, esto incluye incluso a Internet Explorer).


Para saber más: http://www.dartlang.org/

Adaptemos toda la Web para Google y llamémosla 3.0

Desde hace ya algunos años que se habla de la llegada de la Web 3.0. Claro que no habrá un día en que se escuche el “click” y de pronto abandonemos la actual 2.0 para actualizarnos. En realidad no nos vamos a dar cuenta del cambio progresivo. Todo el proceso de transformación de la web se está gestando ahora mismo sin que lo sepamos y sin que notemos nada extraño al navegar por Internet desde el punto de vista del usuario.

Sin embargo, podemos buscar más allá de la pantalla que muestra esa información que buscamos, más allá de nuestra computadora, más allá del módem y de los cables y de nuestro proveedor de internet y adentro de la nube, si buscamos más vamos a encontrar una enorme maquinaria funcionando sin parar a base de programadores. Los vamos a ver constantemente actualizando, mejorando procesos, creando nuevos métodos. Toda esa inmensa maquinaria que no descansa, preparando el terreno para la llegada de la Web 3.0 se llama Google.

Al día de hoy es una estupidez explicar qué es Google o qué tanto interés tiene en Internet, pero sí es importante comentar que es uno de los mayores impulsores de esta evolución de la Web. Más precisamente, de una de sus características más importantes, llamada Web Semántica.

La Web Semántica es el pilar fundamental de la Web 3.0 y consiste básicamente en agregar etiquetas de metadatos que expliquen el significado del contenido de los sitios web, de manera que una computadora pueda interpretar el contenido de forma similar a como lo haría un humano. Se puede ver una explicación más completa en la Guía breve de la Web Semántica de la W3C.

Ahora bien, ¿dónde entra Google en todo esto? Bueno, resulta que dominando el mercado a nivel mundial, goza del privilegio de que cualquier persona que desarrolle un sitio, lo hará pensando en su motor de búsquedas antes que en cualquier otro.
Esto le da derecho a elaborar una serie de directrices que desde hace años exige solicita que cumplan los desarrolladores web.

Las directrices de Google abarcan aspectos técnicos, del diseño y de la calidad del contenido. Y uno de los temas en los que más hace hincapié es en que el código de un sitio web esté totalmente etiquetado, indicando qué significa cada uno de los elementos.
Aquí entra en juego HTML5, cumpliendo un papel importantísimo para la siguiente generación de la Web.
HTML5 cuenta con etiquetas semánticas para clasificar cada parte del contenido de una página. Además, se puede vincular el contenido con ficheros RDF y OWL que describan las relaciones entre los términos utilizados. A esto se le agrega que integra geolocalización de manera nativa, lo que altera los resultados de búsquedas dependiendo de nuestra ubicación.

Toda esta información invisible para el visitante del sitio, es recopilada y procesada por Google para devolver los resultados precisos a búsquedas como “¿Dónde puedo comprar una nueva campera de esta temporada que no cueste más de 1500?”. Y si los resultados son más precisos, la publicidad que nos muestre Google será más efectiva.

El problema es que para llegar a la Web Semántica que Google tanto quiere, hay que modificar los sitios que ya pueblan Internet. Esto significa un trabajo extra para los desarrolladores, teniendo que adaptarse a los requisitos de Google. Aunque todos saben bien que acatar todas sus recomendaciones y directrices juega a favor del posicionamiento del sitio y en contrapartida, hacer caso omiso de sus indicaciones puede significar una sanción (dependiendo de la gravedad de la falta, esto puede llegar a significar algo así como ser expulsado de Internet).

Pero claro, la rebeldía no existe cuando se trata de obedecer las órdenes del buscador rey, así es que todos los desarrolladores “temerosos de Google” se encuentran metidos en el código de sus sitios, ajustando todo lo necesario para disfrutar lo antes posible de los beneficios de la Web 3.0.

La idea de tener una Web Semántica viene desde que Tim Berners-Lee creó la World Wide Web, y una gran cantidad de empresas trabajaron durante años desarrollando tecnologías para sacarle provecho. Sin embargo, de no ser por las exigencias de Google hacia los desarrolladores web, no estaríamos ni remotamente tan cerca de alcanzarla. Después de todo, no es conocido como “El gigante de Internet” en vano.
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