Mis días sin Firefox

Firefox hot

 

 

Mi historia con Firefox tiene ya varios años y viene desde que Mozilla era una enorme suite de Netscape.

Con mozilla ingresé por primera vez en mi vida a un sitio de Internet (lo intenté, pero no pude acordarme de cuál) que no fuera una BBS.

Un día en el colegio, una maestra nos comentaba que mozilla había separado el navegador web de la suite completa. En ese momento no nos enterábamos tan rápido de las noticias tecnológicas como hoy, por lo que es probable que haya pasado algún tiempo desde el anuncio oficial hasta que nos enteramos de la novedad.

Tiempo después, un compañero llevó una copia del navegador de Mozilla. Ahora que estoy haciendo memoria, creo que era una versión en desarrollo de cuando todavía se llamaba Firebird (aunque yo aún no distinguía entre una versión en desarrollo y una final).

Desde ese entonces hasta estos tiempos, siempre tuve preferencia por Mozilla Firefox. Claro que en mis inicios yo creía tener sólo las opciones Internet Explorer 4 y Mozilla Firefox.

Años después, ya con mejores conocimientos, seguía prefiriendo Firefox por sobre cualquiera.

Al ser mi navegador principal durante tantos años, aprendí mucho sobre él, lo adapté bastante a mis necesidades y otro tanto me adapté yo mismo a su funcionamiento.

Por varios años alimenté la idea de que no podría reemplazarlo por ningún otro, incluso mientras iba notando el progresivo aumento del consumo de recursos.

Siempre me pareció un precio aceptable resignar memoria RAM para seguir usando el navegador que tenía todo lo que necesitaba.

Pero todo llegó a su fin. Cada vez era más y más frecuente ver la ventana con el mensaje “Bueno, esto es embarazoso”. Yo insistía en seguir usándolo, pero fue el propio Firefox el que me obligó a dejarlo.

Finalmente llegué a cambiar mi navegador predeterminado. Después de negarme por mucho tiempo a dejarlo, estaba pasándome a Chrome.

Chrome puede no tener muchas de las cosas que a mí me interesaría, pero todo lo compensa con un funcionamiento fluido y con la mayor velocidad de render.

Sinceramente no creo que vuelva a usar Firefox como explorador predeterminado. Viendo un comentario mío del año pasado sobre la comparativa de estos dos grandes de la web, me di cuenta del ritmo vertiginoso de actualizaciones de Chrome, al notar que la mayoría de lo que yo le echaba en falta, ya lo tiene.

Realmente creo que para cuando Firefox alcance a Chrome en estabilidad, velocidad y consumo de recursos, seguramente Chrome ya estará en una etapa más avanzada.

Me da pena que una organización como Mozilla, que hizo y hace tanto por mejorar la web, esté cayendo en una decadencia difícil de parar.

Espero equivocarme y poder volver al navegador que marcó la diferencia durante mucho tiempo.

Mientras tanto, mis días sin Firefox están siendo muy felices.

Seguridad y backup, eso que vamos a implementar mañana

Tener preparado un buen plan de contingencia de seguridad informática y de respaldo de la información, es lo que pensamos implementar inmediatamente después de ocurrido un desastre.

No es muy habitual pensar que podemos perder información de vital importancia. Sin embargo, sí es bastante habitual perder información de vital importancia, por no haber pensado en ello antes.

Si realmente les importa eso que tienen guardado en su computadora, ¿por qué no protegerlo?


Imaginemos un usuario. Un usuario cualquiera. Este usuario tiene una notebook que lleva a todos lados y con la que trabaja la mayoría del tiempo. En su casa tiene, además de la notebook, una PC. Y, por supuesto, tiene un smartphone.

Este usuario trabaja como freelance, yendo a visitar a sus clientes.

Una tarde, saliendo de ver a un cliente, le roban el maletín con la notebook. En esa notebook tenía todos los archivos de un proyecto que estaba siguiendo.

Antes de llegar a entender que todo su trabajo está viajando a toda velocidad entre las manos del asaltante, se da cuenta de que, en el forcejeo, se le cayó el smartphone en un charco de agua. Lo levanta para confirmar que entre el golpe y el agua, acaba de perder la agenda de todos sus clientes.

En lugar de desesperarse por haber pasado el peor día de su vida, nuestro usuario se va a su casa.

Ya en la casa, se le ocurre revisar las novedades de su reciente cuenta de Google+, en donde subió todas las fotos de su viaje por Europa.

Resulta que, por la política de usuarios con identidades legítimas, Google decidió cerrar la cuenta de nuestro usuario, al estar registrada con un pseudónimo, en lugar de su nombre real.

Al enterarse de eso, ya no le pareció tan práctico tener las fotos sólo en Google+, sin guardar una copia.

Sin poder contener la furia acumulada, le da un golpe a la PC.

Cuando nota que el golpe fue más fuerte de lo que esperaba, ya es demasiado tarde. Sin llegar a alcanzarlo, observa cómo su equipo cae al suelo y se apaga.

Al intentar hacer arrancar nuevamente la PC, parece ser que en la caída se vio perjudicado el disco rígido.

Primero piensa que una simple reinstalación de sistema operativo es la menor de las consecuencias de lo todo lo que le ocurrió en el día.

Después entiende la gravedad de los hechos, al recordar que en ese equipo tenía instalada una suite de software esencial para su trabajo. También recuerda que todas esas aplicaciones las había comprado por internet y descargado directamente del sitio del fabricante.

Tenía en un documento guardado el número de identificación de la compra, que le permite descargar las aplicaciones nuevamente en caso de necesitar reinstalarlas. Sin embargo, ese documento estaba en ese mismo disco rígido dañado.

Nuestro usuario no la está pasando nada bien.


Los que no quieran tener días como los de nuestro usuario de ejemplo, pueden empezar a ver las distintas alternativas que existen para estar un poco más tranquilos.

Los usuarios de Windows (quizás el SO más propenso a necesitar planes de contingencia) tienen montones de opciones para salvar datos, programas, o el sistema completo.

También podemos encontrar alternativas para todos los gustos en Linux. Aquí pueden ver una excelente recopilación.

A los usuarios de Mac no hace falta recordarles que disponen de Time Machine para vivir tranquilos. Sin embargo, parece que hay gente a la que no le gusta esta maravillosa herramienta y para esa gente también existen alternativas.

Además, se rumorea que Windows 8 podría incluir un sistema de backup parecido a Time Machine.


Seguramente, todos van a estar de acuerdo en que es necesario tomar medidas preventivas. Espero que, además de pensarlo, lo hagan.


Para terminar, les dejo un video de Time Machine en funcionamiento:


Usabilidad: siguiendo el instinto del usuario

Históricamente, lo primero que se evalúa al desarrollar una aplicación, son estos dos puntos importantes:

  • Funcionalidad: que cumpla con los objetivos fijados, es decir, que haga lo que se esperaba que hiciera por lo menos.
  • Eficiencia: que además de cumplir con los objetivos de la aplicación, requiera la menor cantidad posible de recursos.

Estos dos puntos de evaluación no nacieron con los programas informáticos, sino que fueron adoptados de las buenas costumbres de fabricación de maquinarias, ya que fijaban buenos parámetros para medir la calidad.
Con el tiempo y el perfeccionamiento de las industrias, surgió un tercer punto a tener en cuenta: la ergonomía.
La ergonomía busca dos objetivos al mismo tiempo:

  • Comodidad: que la máquina se adapte naturalmente a las formas y movimientos humanos.
  • Facilidad: que sea natural para el usuario de la máquina comprender y asimilar los métodos para hacer funcionar el sistema.

Con el tiempo, el concepto de ergonomía también fue adoptado en la informática, bajo el nombre de usabilidad.

El objetivo de la usabilidad, es lograr que el programa responda de la manera en que el usuario espera que responda.
Suena extraño, sí. Pero pensemos en un ejemplo muy básico: Un usuario de Windows (incluso uno experimentado y avanzado), siempre va a necesitar hacer un pequeño ejercicio mental al buscar un elemento del menú del programa que esté ejecutando, ya que cada aplicación tiene su propia estructura de menú (informalmente estandarizada, sí, pero todos los menús son distintos), mientras que un usuario de Mac OS X se dirige inmediatamente al elemento del menú que necesita, sin pensar en qué programa se encuentra.
La usabilidad se alcanza plenamente, cuando un usuario puede actuar instintivamente sobre el programa.

Esto se fundamenta sobre estudios del comportamiento y motricidad, como es el caso de la Ley de Fitts, formulada en 1954 y utilizada hoy en día para generar un uso natural del cursor de cualquier interfaz gráfica. Pero en mayor medida, se utilizan casos de estudio con usuarios reales.

En las primeras etapas de un desarrollo importante, se les presenta a los usuarios de pruebas lo que tienen previsto como interfaz, pero dibujada en papel. Les piden realizar tareas puntuales y estudian sus reacciones, analizan en qué parte de la interfaz esperaban encontrar la opción solicitada y demás.
Una vez definidos los aspectos generales de la interfaz, recién en ese punto hacen pruebas sobre aplicaciones reales.

No existe una fórmula única e ideal para alcanzar la usabilidad, sino más bien una suma de experiencias e investigaciones.

Los programas con buena usabilidad son aquellos que fueron diseñados pensando como el usuario. Esto es difícil, ya que todo en la interfaz influye: el tipo y tamaño de la fuente, los colores, la forma de los botones y sus posiciones. Todo debe estar adaptado al usuario.

Una excelente y recomendable lectura sobre un caso real de estudio de usabilidad es el de Windows 95, no tanto por los resultados obtenidos, sino más bien por lo detallado de la documentación recopilada: The Windows® 95 User Interface: A Case Study in Usability Engineering.

Hace una semana pude terminar un proyecto en conjunto, donde había que tomar un sitio basado íntegramente en Flash y migrarlo a HTML5.
Las conclusiones que obtuve de esa experiencia fueron:

  • Un desarrollador "lo hace funcional".
  • Un diseñador "lo hace atractivo".
  • Ninguno de los dos logra "hacerlo para el usuario".


Siempre que estén por diseñar una interfaz, háganse la pregunta ¿Cómo lo haría el usuario? Háganlo antes de que el usuario pregunte ¿Cómo se hace?

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